Translate

sábado, 19 de octubre de 2013

Este cráneo podría reescribir la teoría de la evolución humana

Éste es claramente un individuo bastante evolucionado, lo primero que se puede apreciar es que su "frente" semi evolucionada es claramente la de alguien del género homo y su cráneo es igualmente muy grande para que sea clasificado dentro de otra que no sea homo. No tiene tampoco cresta sagital por lo tanto definitivamente llevó una dieta con carne y estaba en proceso evolutivo también.

Lo que igualmente llama la atención es que fue encontrado en Georgia. Y aunque técnicamente no sería la primera prueba de expansión de los homínidos fuera de África, sí que sería prueba de que una especie antes del Cro-Magnon Neanderthal se intentó expandir a África. Es importante ya que ahora la cadena evolutiva se hará más sencilla y no tendrá tantas vertientes, y si éste individuo es realmente el ancestro del Erectus, también lo vendría siendo del Europeo por consiguiente.



Un cráneo de hace 1,8 millones de años descubierto en 2005 en Dmanisi, Georgia, podría cambiar lo que conocemos hasta ahora sobre la evolución humana. Su exhaustivo análisis, publicado ahora en la revista Science, sugiere que los primeros miembros del género Homo pertenecen en realidad a una misma especie.



Los investigadores, liderados por el antropólogo David Lordkipanidze, aseguran que se trata del "primer cráneo de un homínido adulto completamente conservado". "Es un espécimen fantástico, genial, no importa cómo lo clasifiques, este cráneo está entre los mejores testimonios que tenemos sobre cómo, dónde, cuándo y por qué evolucionaron los humanos", explica el investigador Tim White en Science.

El descubrimiento es importante porque sugiere que los primeros miembros de los homínidos (Home habilis, Homo rudolfensis y Homo erectus) pueden no haber sido especies diferentes, sino parte de una misma línea evolutiva que finalmente dio lugar al humano evolucionado.

"Cráneo 5", como han bautizado este hallazgo, contenía un cerebro relativamente pequeño. Su mandíbula inferior era protuberante (rasgos que recuerdan al Australopithecus, un antecesor humano aún más primitivo). La mandíbula superior recuerda a la de una antigua especie de hace 2,3 millones de años hallada en Etiopía (que se cree perteneció al Homo habilis); la parte superior, alrededor de los ojos, guarda un fuerte parecido con el Homo erectus; y la forma larga y vertical de su frontal es claramente Homo. Es decir, una sorprendente combinación de rasgos que nunca se habían observado en un fósil de homínido.



La gran cuestión que plantea este hallazgo es: ¿a qué especie de homínido pertenece? Y, por extensión, ¿qué consecuencias tiene eso sobre lo que sabíamos hasta ahora de la evolución humana? La clave es que este cráneo se ha hallado en el yacimiento de Dmanisi, Georgia, donde antes se hallaron algunos de los fósiles de homínidos más antiguos jamás encontrados fuera de África.



Tras largos años de investigación, los antropólogos y paleontólogos han concluido que el cráneo 5 de Dmanisi se trata de una especie muy primitiva de los primeros Homo, pero de la misma especie de los encontrados en África. "Es razonable asumir", dice el investigador Christoph Zollikofer, "que hubo una única especie Homo en África y, dado que los homínidos de Dmanisi son tan similares a los de África, asumimos que ambos pertenecen a la misma especie".

La conclusión puede reescribir gran parte de la evolución humana y, tal vez por eso, ha sido recibida con debate. En una entrevista con la BBC, por ejemplo, Fred Spoor, del University College London, ha criticado los métodos de análisis de los investigadores. Otros científicos, sin embargo, apoyan las conclusiones.

Debates aparte, lo importante de este descubrimiento, como apunta Tim White en una entrevista en LA Times, es lo siguiente: los homínidos de Dmanisi son la evidencia más antigua de la existencia del Homo fuera de África. "Es la primera prueba de la expansión de los homínidos fuera de África", dice White. Puedes consultar toda la investigación y detalles en el último número de Science.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.