Esta semana, por primera vez en la historia de la humanidad, un objeto hecho por el hombre incursionó en el espacio que hay entre las estrellas. El Voyager 1 está en el espacio interestelar, a 19.000 millones de kilómetros de casa. Se salió del Sistema Solar. No importa cómo se diga, la hazaña causa estupefacción, admiración, asombro... todo y más.
La científica planetaria Carolyn Porco es una de las más destacadas en su campo del mundo y formó parte del equipo de imaginología del Voyager 1.
Para la BBC, reflexiona sobre lo que significa ver finalmente a la veterana sonda dar el salto al espacio interestelar.
Es una ocasión importante: tenemos ahora la certeza de que la nave espacial Voyager, lanzada hace 36 años para que se pasara los años 80 recorriendo el Sistema Solar, finalmente está más allá de la protectora burbuja magnética creada por nuestro sol y en la nada del espacio interestelar.
Tal acontecimiento sucede por primera vez en la historia humana una sola vez.
Voyager era una misión de proporciones míticas, con todos los elementos de la leyenda homérica, y me siento indescriptiblemente afortunada por haber formado parte de ella.
"Viaje interminable"
En ese entonces yo era joven, acababa de salir de la escuela de posgrado y no sé cómo me convertí en uno de los miembros del equipo de imagen y fui parte del más grandioso viaje de exploración científica que la humanidad ha emprendido jamás.
Fue una experiencia determinante para mi carrera.
Me maravillé cuando estuve entre los primeros seres humanos que pudimos ver, en vívidos detalles, los sistemas planetarios de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Nunca he dejado de sentir el orgullo ni he dejado de estar consciente del privilegio de participar en una empresa tan profundamente significativa e histórica.
Desde entonces lo he dicho: he tenido una vida encantadora y mi conexión con Voyager fue el acto de apertura.
Incluso hoy en día, especialmente ahora que celebramos nuestro nuevo estatus oficial como exploradores interestelares, siento como si ese pequeño e intrépido vehículo que comienza su viaje interminable a través de la galaxia y entre las estrellas lleva un poco de mí y de usted consigo.
Y precisamente por ello, nosotros, los habitantes de la Tierra, finalmente hemos llegado a la puerta de la eternidad.
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