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lunes, 22 de septiembre de 2014

LAS TABLILLAS SUMERIAS..

Las tablas sumerias. El libro perdido de Enki.



Hace tiempo oi la historia de un tipo, Zecharia Sitchin, que tras traducir unos textos sumerios, había llegado a una conclusión que parece realmente sacada de un comic. Muchos dicen que la tradución del libro es bastante fidedigna y que el autor no inventa nada que no esté escrito, mientras que otros hablan de infinidad de errores en esas traducciones que las convierten en pseudociencia. Como no soy un entendido en lengua sumeria me limitaré a contaros lo que Sitchin decía.
La leyenda sumeria dice que existió un planeta en nuestro sistema solar, llamado Niburu por los sumerios (Marduk para los Babilonios y Olam para los Hebreos), que tenía una órbita elíptica similar a la de un cometa y que tardaba 3600 años en dar una vuelta completa alrededor del sol.
Zecharia Sitchin sostiene la teoría de que los antiguos sumerios conocían la existencia de todos los planetas del Sistema Solar, desde Mercurio a Plutón (descubierto a principios del siglo XX).

Además, habla de la presencia de un planeta, con una órbita alrededor del Sol gigantesca (cada 3.600 años), del cual procedían los “Annunaki” (aquellos que del Cielo a la Tierra vinieron), los dioses del panteón sumerio, y que en sus principios fueron la génesis de la vida sobre la Tierra, y la causa de la rápida evolución del hombre en nuestro mundo, mediante intervención genética.
Al observar detenidamente una ampliación del Sistema Solar representado sobre el cilindro VA/243 (imagen de abajo), se puede observar que los “puntos” que rodean la estrella son esferas. Al lado de Mercurio aparece Venus (más grande). A la Tierra (del mismo tamaño de Venus) le acompaña una Luna pequeña. A continuación, en dirección contraria a las agujas del reloj, se ve a Marte, más pequeño que la Tierra, aunque más grande que la Luna o Mercurio. Luego la antigua representación muestra un planeta desconocido para nosotros, bastante más grande que la Tierra aunque más pequeño que Jupiter y Saturno, que se observan claramente a continuación. Más adelante, otra pareja concuerda perfectamente con nuestros Urano y Neptuno. Por último, también está Plutón, aunque no donde lo ubicamos en la actualidad, sino entre Saturno y Urano.
La teoría de Sitchin parece más la de un freaki que la de un estudioso de las lenguas antiguas; y reconozco que no me imagino a seres extraterrestres viajando millones de kilometros para crear una colonia. Pero…
Zecharia Sitchin se educó en Palestina. Allí adquirió conocimiento del hebreo moderno y clásico, las lenguas semíticas y europeas, del Antiguo Testamento, y de la historia y la arqueología de Oriente Próximo. Fue uno de los pocos eruditos con conocimiento, hablado y escrito, del sumerio, lo que le permitió traducir el contenido de textos con 6000 años de antigüedad y llegar a la conclusión de que los pasajes conocidos del Génesis del Antiguo Testamento, son en realidad pasajes recogidos de los textos sumerios. Una de esas tablillas, dicen que es la traducción literal del contenido de catorce tablillas que formaban un conjunto de libros titulados por Sitchin como “El Libro perdido de Enki” de Zacharia Sitchin.
En esta “descabellada” pero documentada teoría, los habitantes de este planeta, eran los Annunaki (Nefilim). Los Annunaki bajaron porque, según Sitchin, vinieron en busca de metales (oro) que supuestamente se habían agotado en su planeta. En esa nave viajaban 12 parejas (como las doce tribus de Israel).
Así que mediante manipulación genetica,… ¡Toma, ya! crearon a los hombres para que les sirvieran como esclavos. La creación del hombre según los mitos sumerios es muy parecida a la biblia, Enki tomo arcilla y le dio forma, por invitación de Nammu.
Los humanos veían a estos seres como dioses, ya que poseían tecnologías y conocimientos desconocidas para ellos. Estos seres fueron llamados por los sumerios Annunaki. El término que menciona la Biblia es Nephilim.
Según los sumerios, sus dioses bajaron a la tierra desde el cielo, mucho antes de la llegada de la humanidad. Para los sumerios, al igual que para otros muchos pueblos de la antigüedad, sus dioses fueron seres de carne y hueso que un día habitaron entre ellos.
Si a alguno os llama la atención esta historia y os apetece saber más, pinchad sobre el link y podréis leer “El libro perdido de Enki” de Zachari Sitchin.


http://www.bibliotecapleyades.net/sitchin/libroenki/libroenki.htm

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